Aceite de Krill vs Omega-3 tradicional: Todo lo que necesitas saber antes de elegir

El omega-3 es uno de los suplementos más recomendados para la salud del corazón, el cerebro y las articulaciones. Pero en los últimos años, el aceite de krill ha ganado popularidad como una fuente “superior” de estos ácidos grasos casi al nivel de los aceites extraídos de pescados pequeños salvajes como los arenques y caballas. ¿Qué tan cierto es eso? En esta guía te explico a fondo las diferencias, beneficios, precauciones y cómo tomar cada uno para obtener el mejor resultado.

¿Qué es el aceite de krill y para qué sirve?

El aceite de krill se extrae de un pequeño crustáceo llamado Euphausia superba, que habita en aguas frías y limpias del océano Antártico. Aunque es parecido a un camarón diminuto, el krill no es un pescado, y su aceite contiene ácidos grasos omega-3 en una forma especial: fosfolípidos, que se absorben fácilmente en el cuerpo.

Además del omega-3, el aceite de krill contiene astaxantina, un potente antioxidante natural que le da ese color rojizo y ayuda a proteger las células del daño oxidativo.

¿Para qué sirve?

• Mejorar la salud cardiovascular
• Disminuir la inflamación en articulaciones
• Apoyar el funcionamiento del cerebro
• Ayudar en la regulación del colesterol y triglicéridos
• Combatir el estrés oxidativo gracias a la astaxantina

¿Qué pescado es el krill?

Ninguno. Aunque a veces la pregunta aparece en buscadores, es un error común. El krill no es un pescado, sino un crustáceo parecido al camarón, que forma parte del plancton y sirve como base alimenticia de muchas especies marinas, incluidas las ballenas.

Su importancia ecológica es enorme, y su aprovechamiento debe hacerse de forma responsable.

¿Qué omega-3 es mejor: aceite de pescado o aceite de krill?

Aquí va lo interesante y es justo este punto en donde conviene prestar atención. Ambas opciones proporcionan EPA y DHA, los dos ácidos grasos más importantes del omega-3.

Sin embargo, no todos los orígenes son iguales ni las calidades son las mismas. Los suplementos de omega-3 común proviene en su mayoría de peces grandes con menor concentración y además suelen ser de granja, mientras que tanto los aceites extraídos de krill o de peces pequeños son de mayor concentración y además ambos, en su estado salvaje.

Aceite de Salmón (omega-3 común):

• Más barato y ampliamente disponible
• Proviene de granja en la mayoría de los casos
• EPA y DHA en forma de triglicéridos o etil ésteres
• Alta concentración por cápsula
• Menor estabilidad (se oxida fácilmente)
• Metales Pesados

Aceite de krill:

• EPA y DHA en forma de fosfolípidos
• Contiene astaxantina natural, un potente antioxidante
• Mejor tolerancia digestiva
• Más caro y menos concentrado por cápsula
• De origen antártico, su pesca se realiza de forma sostenible

Aceite extraído de arenques salvajes (omega-3 Premium):

• EPA y DHA en forma natural y concentrada, con alta pureza gracias a la extracción de arenques salvajes en océanos limpios sin metales pesados.
• Alta biodisponibilidad, comparable o superior a la del aceite de krill, gracias a su composición en triglicéridos que facilita la absorción.
• Rico en antioxidantes naturales, con perfil equilibrado de vitaminas A y D, que apoyan la salud inmunológica y ósea.
• Excelente tolerancia digestiva, menos riesgo de regurgitación o sabor a pescado fuerte en comparación con otros aceites marinos.
• Precio más accesible que el aceite de krill, pero con una concentración más alta de omega-3 tanto EPA como DHA.
• Fuente sostenible, proviene de pesca responsable de arenques salvajes, evitando impactos ecológicos negativos.

Hasta aquí, hemos hablado de aceites de pescado, que es la forma en que se comercializan la mayoría de los suplementos de omega-3. Y es que ahora falta el paso más importante, que es el que hay entre el producto en sí, y nuestro organismo.

¿Qué tanto vamos a aprovechar las propiedades de estos ácidos grasos?

Esto va a depender directamente de la oxidación del aceite ya dentro de nuestro organismo. Los ácidos grasos omega-3 como todo, tienden a oxidarse también una vez consumidos, pero es aquí en donde entra la ciencia.

Y es aquí en donde entran en juego los polifenoles, que además de hacer que el aceite omega-3 sea más digerible, ralentiza su oxidación una vez lo hemos consumido, con lo cual su biodisponibilidad aumenta a niveles máximos y además durante mucho más tiempo, logrando así un aprovechamiento cercano al 90% de todas sus propiedades.

Esto es lo que además de un origen natural, debe tener un suplemento Premium de Omega-3, y aunque el aceite de krill sin duda tiene un buen origen, es en este punto en donde flaquean la mayoría de marcas que comercializan este aceite.

¿Qué son los polifenoles?

¿Qué es EPA y DHA y para qué sirve?

EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) son los principales ácidos grasos omega-3 que el cuerpo necesita. Ambos tienen funciones distintas pero complementarias:

• EPA: reduce la inflamación, mejora la circulación y regula el colesterol.
• DHA: apoya el desarrollo cerebral, la memoria y la salud visual.

Tu cuerpo no produce suficiente por sí solo, así que necesitas obtenerlos a través de alimentos o suplementos como el aceite de pescado o de krill.

EPA y DHA cantidad recomendada

¿Existe el omega-3 de origen vegetal?

¿Cuál es la mejor hora para tomar aceite de krill?

La mejor hora para tomar aceite de krill es durante o después de una comida principal (desayuno o comida). Esto mejora su absorción y reduce cualquier molestia digestiva. Además, al estar en forma de fosfolípidos, el aceite de krill es más fácil de digerir que el omega-3 regular.

¿Cuánto tiempo tarda el aceite de krill en hacer efecto?

Los beneficios del aceite de krill pueden comenzar a notarse entre 2 a 6 semanas, dependiendo del objetivo:

• Colesterol / triglicéridos: 6–12 semanas
• Inflamación articular: 2–4 semanas
• Concentración y memoria: resultados variables en 1–2 meses

Eso sí, los efectos son acumulativos. La constancia es clave.

¿El aceite de krill reduce la placa en las arterias?

Algunos estudios sugieren que el omega-3, incluyendo el del krill, puede reducir los triglicéridos y la inflamación, lo cual indirectamente ayuda a prevenir la formación de placa arterial. Sin embargo, no hay evidencia concluyente de que “limpie” las arterias ya obstruidas.

Es más correcto decir que puede ayudar a prevenir el progreso de la aterosclerosis, como parte de un estilo de vida saludable.

Un medicamento con aceite de pescado ayuda a reducir la placa en las arterias del corazón (Harvard Heatl Publishing)

El aceite de krill previene la aterosclerosis en un modelo experimental

¿Es seguro tomar aceite de krill y cualquier otro omega-3 juntos?

Sí, en la mayoría de los casos es seguro, pero no siempre necesario. Ambos contienen EPA y DHA, así que combinarlos puede llevar a duplicar la dosis sin darte cuenta.

Recomendación:

• Revisa cuántos miligramos de EPA y DHA estás tomando en total.
• No excedas los 3,000 mg diarios de omega-3 EPA+DHA sin supervisión médica.
• Si estás bajo tratamiento con anticoagulantes, consulta primero a tu médico.

¿Quién no debe tomar aceite de krill?

Aunque es seguro para la mayoría de las personas, hay casos donde no se recomienda:

• Personas con alergia a mariscos o crustáceos
• Quienes toman medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios
• Mujeres embarazadas o en lactancia (sin supervisión médica)
• Personas con problemas hepáticos graves

Siempre consulta con un profesional de salud antes de iniciar cualquier suplemento, sobre todo si ya tomas otros medicamentos.

Conclusión

El aceite de krill es una opción premium dentro del mundo del omega-3. Ofrece buena absorción, beneficios antioxidantes y una alternativa amigable con el sistema digestivo. Sin embargo, no reemplaza mágicamente al omega-3 de pescado, que sigue siendo una fuente poderosa y confiable.

Lo importante es que elijas una opción que se adapte a tus necesidades, tu presupuesto y tu estilo de vida, y que seas constante con su consumo. Ya sea krill o pescado, el omega-3 bien elegido es una inversión en tu salud a largo plazo.

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