¿Qué es el Yogur y por qué es tan saludable?
El yogur es un alimento fermentado a base de leche que se ha consumido durante siglos por su sabor suave, su textura cremosa y, sobre todo, por sus beneficios para la salud.
Gracias a sus probióticos naturales, el yogur contribuye al buen funcionamiento del sistema digestivo, fortalece el sistema inmunológico y es una excelente fuente de proteínas, calcio y vitaminas esenciales.
Es una opción popular tanto en desayunos o incluso entrecomidas. Esta última opción es super recomendable para no “malpasarse” sin “romper” tu esquema de alimentación.
Origen del yogur: una tradición milenaria
El yogur tiene un origen tan antiguo como fascinante. Se cree que apareció hace más de 4,000 años en las regiones de Asia Central y el Medio Oriente, donde los pastores almacenaban la leche en recipientes hechos con piel de animales. El calor del ambiente y las bacterias naturales provocaban la fermentación de la leche, dando como resultado un producto espeso, más fácil de conservar y de digerir: el yogur.
Civilizaciones como los mesopotámicos, persas y griegos antiguos ya consumían yogur, no solo por su sabor y valor nutricional, sino también por sus posibles beneficios para la salud. Incluso en escritos médicos antiguos se le atribuían propiedades curativas.
Con el tiempo, el yogur se fue extendiendo por Europa, especialmente en los Balcanes y Turquía, donde se volvió parte importante de la dieta tradicional. A inicios del siglo XX, su popularidad aumentó gracias a estudios científicos que relacionaban su consumo con una mayor longevidad en poblaciones del este europeo.
Hoy en día, el yogur es un alimento global, presente en infinidad de culturas y recetas, pero su origen humilde y milenario sigue siendo parte esencial de su historia.

¿Qué tipo de yogur es mejor?
Elegir el mejor yogur depende de tus necesidades nutricionales y del tipo de dieta que sigas. Hoy en día existe una gran variedad en el mercado, pero no todos los yogures ofrecen los mismos beneficios. Aquí te explicamos las opciones más comunes y cómo tomar la mejor decisión:
- Yogur natural sin azúcar:
Es la opción más recomendada. No contiene azúcares añadidos ni sabores artificiales. Es rico en probióticos, proteínas y calcio. Ideal para quienes buscan un alimento saludable y versátil. - Yogur griego:
Tiene una textura más espesa y un contenido mayor de proteínas. Es excelente para saciar el apetito y como base para recetas saladas o batidos. Solo asegúrate de que sea natural y sin azúcares añadidos. - Yogur con frutas o saborizado:
Aunque son populares, suelen contener grandes cantidades de azúcar y aditivos. Si eliges uno de estos, busca opciones que usen fruta natural y la menor cantidad de ingredientes artificiales. - Yogur deslactosado o vegetal (de coco, almendra, soya):
Son buenas alternativas para personas con intolerancia a la lactosa o veganas. Algunos también contienen probióticos, pero es importante revisar la etiqueta para verificar su contenido nutricional.

Consejo útil:
Al elegir un yogur, lee siempre la etiqueta. Evita aquellos que tengan azúcar como uno de los primeros ingredientes, o listas largas de aditivos. Los mejores yogures suelen tener solo dos ingredientes: leche y cultivos vivos.
¿Cómo ayudan el yogur y los prebióticos?
1. Yogur (probióticos):
- Qué es: El yogur contiene probióticos, que son bacterias beneficiosas para el intestino.
- Beneficios:
- Mejora la salud intestinal al equilibrar la flora bacteriana.
- Facilita la digestión y reduce la hinchazón y los gases.
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Tipos recomendados:
- Yogur natural sin azúcar añadido.
- Yogur griego (tiene más proteínas y menos lactosa).
- Yogur con cultivos vivos y activos (como Lactobacillus y Bifidobacterium).
2. Prebióticos:
- Qué son: Los prebióticos son fibras no digeribles que alimentan a las bacterias beneficiosas del intestino.
- Beneficios:
- Promueven el crecimiento de bacterias buenas en el intestino.
- Mejoran la absorción de nutrientes.
- Reducen la inflamación y mejoran la salud digestiva.
- Fuentes naturales:
- Plátanos, ajo, cebolla, espárragos, alcachofas y avena.
- Suplementos de prebióticos (como la inulina o los fructooligosacáridos).
¿Por qué son útiles?
- Mejoran la digestión de grasas: Un intestino sano puede procesar mejor las grasas, incluso sin vesícula.
- Reducen la hinchazón y los gases: Los probióticos y prebióticos ayudan a equilibrar la flora intestinal, lo que reduce estos síntomas.
- Fortalece el sistema inmunológico: Un intestino saludable está directamente relacionado con un sistema inmunológico fuerte.
Cómo integrarlos en la dieta:
1. Yogur:
- Desayuno o merienda: Un yogur natural con frutas o granola.
- Postre: Yogur griego con miel y nueces.
- Precaución: Si tu mamá es intolerante a la lactosa, busca yogures sin lactosa o sustitutos como el kéfir.
2. Prebióticos:
- En las comidas: Añade ajo, cebolla o espárragos a las ensaladas, sopas o guisos.
- Snacks: Plátanos o barras de avena con inulina.
- Suplementos: Si es necesario, consulta al médico sobre suplementos de prebióticos.
Recomendaciones adicionales:
- Combina con una dieta saludable: Una dieta rica en fibra, baja en grasas saturadas y con alimentos integrales es clave para mejorar la digestión.
- Hidratación: Asegúrate de que tu mamá beba suficiente agua, ya que la fibra y los prebióticos necesitan agua para funcionar correctamente.
- Consulta al médico: Si tu mamá tiene alguna condición médica o toma medicamentos, es importante que consulte a su médico antes de introducir probióticos o prebióticos en su dieta.
Resumen:
El yogur (probióticos) y los prebióticos son excelentes complementos para mejorar la digestión y la salud intestinal. Combinados con un estilo de vida saludable. No necesariamente deben de consumirse al mismo tiempo, basta con incluir ambos en tu dieta.
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